LA ADICCIÓN A LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS: 3 SEÑALES DE ALARMA

¿Sientes qué cada vez pasas más tiempo conectado a internet? ¿No puedes dejar de pensar, cuando estás desconectado, en lo que estará pasando en las redes sociales y que te estás perdiendo? ¿Te sientes más irritable, nervioso o ansioso de lo normal? ¿Se han quejado tus amigos, compañeros de trabajo o familiares de que te conectas en momentos inadecuados? ¿Te cuesta hablar de ello y admitir que puedes tener un problema? ¿Has mentido alguna vez sobre el tiempo que pasas en internet para no preocupar a los demás? ¿Tiendes a aislarte de los demás y a contar tus preocupaciones y problemas a tus "amigos virtuales" en lugar de a tus "amigos reales"?


Si has respondido que a varias de estas preguntas, es posible que padezcas uno de los problemas más en boga en nuestros días: la adicción a las nuevas tecnologías. Si bien es cierto que los jóvenes y adolescentes son los más vulnerables a sufrirlas, nadie se salva de padecer este problema, pues la sociedad es cada vez más tecnológica y avanzada, y de una forma u otra, nos acaba forzando a lidiar con aparatos electrónicos, internet y redes sociales casi a diario por pura presión social y profesional. En este artículo quiero ayudarte a distinguir cuando tú, tus hijos, familiares o amigos, podeis estar atravesando la linea de lo socialmente aceptable y empezar a entrar en una espiral adictiva de la que puede resultar dificil salir.

¿Qué es lo normal, entonces?
Es muy buena pregunta. Y suele ser la más frecuente de los interesados: ¿cuánto es lo normal?¿hasta que punto me puedo empezar a preocupar y darme cuenta de que tengo un problema?

Lo cierto es que es una pregunta muy pertienente, puesto que las nuevas tecnologías nos facilitan una gran cantidad de cosas, información, servicios, relaciones, diversión y ocio, que antes no era posible. Y lo cierto es que, bien usadas, son una excelente herramienta. La tecnología no es mala en sí misma, sino el uso que hacemos de ella.

Exacto: el uso, la forma en la que las usamos (y especialmente el para qué las usamos) son las claves de todo esto. Las personas que han traspasado la linea del buen uso suelen mostrar alguno de los siguientes rasgos que deben servirnos como señales de alarma.

Primera señal: acciones compulsivas (el abuso)
Una compulsión es cuando una persona, por lo demás perfectamente sana, siente la necesidad imperiosa e irresistible de hacer algo. Experimenta una especie de tensión, intranquilidad, desasosiego, que se va acumulando (y volviendose más insoportable) hasta que por fin es realizada, momento en el cual, siente un profundo alivio (como si descargara toda esa tensión acumulada). Con respeto a las nuevas tecnologías hay varias compulsiones conocidas: a la pornografía (y/o al cibersexo); a las relaciones en linea (amistades virtuales, redes sociales); a las compras obsesivas por internet (destacando por problemas de ahorro, financieros o deudas); los buscadores obsesivos de información (pasan la mayor parte del tiempo saltando de noticia a noticia, de video en video, de imagen en imagen, simplemente para entretenerse); a los juegos de apuestas en linea (con la consiguiente ludopatía); o a los videojuegos y consolas (pasando la mayor parte de su tiempo jugando).

Segunda señal: defensas contra la realidad
Una persona que se refugia en las nuevas tecnologías es una persona que se defiende, de una forma u otra, de la realidad. Una realidad con la que le cuesta lidiar. Los amigos "virtuales", los avatares, el postureo de instagram, los videojuegos... son espacios que alimentan fantasías negadoras de una verdad que el adicto a las nuevas tecnologías no es capaz de afrontar: que tienen baja autoestima, sienten mucha inseguridad emocional, y no se sienten apoyadas y acompañadas por la gente que quiere (falta de amigos íntimos, problemas familiares o de pareja, soledad, aislamiento).

Tercera señal: necesidades desplazadas
Como el resto de acciones compulsivas, su origen está en una necesidad desplazada. Voy a explicarme. Partimos de la base de que el cuerpo, en tanto diseño biológico, sabe lo que necesita. El cuerpo se regula sólo: cuando le faltan nutrientes, activa la sensación de hambre, y nos moviliza a alimentarnos; cuando tiene frío, aumenta la temperatura corporal; cuando necesita amor, apego, cercanía y contacto emocional, activa nuestros deseos gregarios; cuando se siente herido, deprimido, acosado por una pérdida, se refugia en la tristeza para sanarse (empieza a hacer el duelo).

Si el cuerpo recibe, en cada caso, lo que necesita, la homeostasis hará el resto. Sin embargo, cuando hemos tenido que reprimir ciertas necesidades (especialmente las emocionales y afectivas, de amor, estima, respeto y complacencia) estás suelen desplazarse a otras (quedando permanentemente insatisfechas y volviendose, por eso, compulsivas).

Las personas con adicciones a las nuevas tecnologías, han sido niños que, demandando amor, presencia, mirada o contacto piel con piel a sus padres, han recibido muchos reproches y... un televisor, una pantalla de teléfono (con un video de youtube) o una tablet, para distraerse y "dejar de molestar". Esa demanda de amor, de intimidad emocional, de estima, no quedó debidamente satisfecha, es más: quedó desplazada a las nuevas tecnologías. Las personas con una adicción a las nuevas tecnologías buscan aquello que necesitan (y que no saben identificar: necesidad de amor) en algo que jamás podrá sustituir una relación natural y auténtica: por ese motivo, por más que lo intenten e insistan, nunca podrán saciarse, porque no es eso lo que el cuerpo está necesitando, sino otra cosa.

Espero que este artículo te ayude a detectar algunas claves de lo que te puede estar pasando a ti o a alguna amistad o hijo adolescente. Las adicciones pueden ser tratadas eficazmente desde enfoques clínicos que atacan directamente el síntoma, como la psicología clínica, la psiquiatría u otras especialidades médicas afines, para lo cual, han demostrado ser opciones muy eficaces. Por nuestra parte, desde el coaching personal, complementamos el trabajo de esos profesionales con la indagación personal, el encuentro con la verdad de la propia historia de vida y el desarrollo de la inteligencia emocional.

El trabajo en equipo, en este tipo de casos, suele ser la opción más favorable para conquistar una vida libre de adicciones.

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