3 SENCILLOS PASOS PARA DEJAR DE SER UNA PERSONA TÓXICA


¿Sientes que le amargas la vida a los demás? ¿Tus amigos y familiares te dan de lado? ¿Escuchas muchas veces que eres insoportable? ¿Sospechas que tal vez el problema esté en ti? ¿Piensas que puedes ser una persona tóxica? 


Si así lo piensas, y quieres cambiarlo, te felicito. No es habitual que una persona tóxica lo reconozca y esté dispuesta a ponerle solución. Con este artículo me gustaría poder ayudarte a ser menos tóxico y a que puedas recuperar de nuevo tu vida social y la confianza de los demás si aún estás a tiempo.

Una advertencia…
Este artículo es una guía general. Soy consciente de que para ciertas personas, leer este tipo de guías les puede inspirar y ayudar a cambiar profundamente, pero no suele ser lo habitual. Esta guía no es ninguna panacea. En la mayoría de los casos, los hábitos tóxicos están tan arraigados en nuestro cerebro que necesitamos la ayuda de un coach personal para desaprenderlos y aprender nuevas formas de relacionarnos con los demás. Si piensas que ese puede ser tu caso, es posible que nuestro servicio de coaching personal te pueda interesar. 

Los 3 pasos para dejar de ser tóxico
Te propongo seguir estos tres sencillos pasos. Recuerda tener paciencia y darte tiempo. No esperes cambios rápidos y fáciles.

1. Conoce qué te hace tóxico. Al fin y al cabo, eres como eres porque has aprendido un conjunto de estrategias tóxicas a lo largo de tu vida para conseguir tus objetivos. Sin darte cuenta, has ido automatizándolas y ahora forman parte de ti. El primer paso para desprogramar esos hábitos es ser consciente de ellos, y la mejor forma es a través de un diario personal.

Hacer uno es muy sencillo. Empieza primero con una lista de las estrategias tóxicas que quieres cambiar. Si te cuesta identificarlas, es posible que te ayude este artículo. Una vez las tengas localizadas, piensa en las situaciones donde las sueles usar. A partir de ahora deberás llevarte el diario contigo y cuando pasen ese tipo de situaciones, tienes que anotar lo que haces estar atento a tus pensamientos y a las emociones que te producen esos pensamientos.

Me explico: por pensamientos entiendo eso que te dices para justificar que haces lo que haces.

Por ejemplo, si eres una persona que sueles mentir bastante a menudo, quizá el motivo que te dices a ti mismo para justificarlo sea “que si no ocultas tus defectos, la gente no te aceptará como eres”. Te pongo otro ejemplo. Imagina que eres una persona que sueles usar el chantaje emocional. Tal vez para justificarlo te digas “que las personas tienen la obligación de hacer todo lo posible por complacerte, porque tu sólo no serás capaz”.

Esas justificaciones suelen producirnos emociones negativas: inseguridad, estrés, miedo o vergüenza. Y para reducir esta emoción producida por nuestra forma de pensar, empleamos la estrategia tóxica.

Cuando domines tu auto-conocimiento, ve al segundo paso.

2. Cambia tu forma de pensar. Lo que te hace actuar así, es tu forma de pensar. Esas frases que nos decimos para justificar lo que hacemos son los motivos de nuestra forma de ser. Cambiando nuestros motivos, cambiamos nuestra visión del mundo y nuestra forma de relacionarnos con los demás. Hacer esto solo es muy complicado, pero puedes probar con las siguientes preguntas que te propongo. Si consiguen ayudarte a tomar conciencia de que son motivos que te perjudican, más que beneficiarte, estarás a un paso de ser esa nueva persona que quieres ser.

            -¿Tengo pruebas?
            -¿Me sirve para conseguir lo que quiero pensar de esta manera?
            -¿Puedo interpretar la situación de otra forma?

Veamos un ejemplo. Imagina que sueles mentir sobre tus defectos porque piensas que la gente no te va a aceptar. Una vez tengas tu justificación identificada, empieza a ponerla a prueba.

            ¿Tienes pruebas? Aquí podrías revisar casos de personas conocidas o de amigos.  Fíjate especialmente en las personas que no ocultan sus defectos y sin embargo son aceptados como son. ¿Qué hacen ellos para conseguirlo? ¿Cómo se comportan? Luego piensa en personas que no ocultan sus defectos y no son aceptados como son. ¿Qué hace que esto sea así? ¿Cómo se comportan?

            ¿Me sirve de algo pensar de esta manera? El motivo de mentir sobre tus defectos es que la gente te acepte. Pregúntate: ¿mentir hace que la gente me acepte como soy realmente? ¿Me quieren a mí o quieren al personaje de mi mentira?  Y cuando descubren mi mentira… ¿la gente me acepta o me rechaza por mis defectos o… por haber mentido?

            ¿Puedo interpretarlo de otra manera? Es posible que la causa del rechazo a la forma de ser de una persona no venga tanto por los defectos, sino por comportarte de una forma negativa o dañina para los demás. La gente puede aceptar un error. Al fin y al cabo, todos los tenemos. Pero una mala conducta no se suele tolerar.

3. Comienza a actuar de otra manera. Ahora que te conoces mejor y que te has dado cuenta de que tus justificaciones para actuar así no te ayudan a relacionarte mejor con los demás, ha llegado el momento de imaginarte cómo quieres ser a partir de ahora.

Te propongo lo siguinte: imagina esta situación.

Mañana, al levantarte, de pronto y sin darte cuenta, te has transformado en esa nueva persona que quieres ser. Puedes cerrar los ojos si te ayuda a imaginarlo. Es importante que sea lo más vívida posible. Ahora imagina que sentirías, qué verías y que oirías en diferentes situaciones de tu nueva vida. ¿Lo tienes? Bien, ahora intenta responder a estas preguntas: 

¿Qué sería diferente? ¿Qué haces en esta nueva vida que no estás haciendo ahora? ¿Cómo sabrías que has cambiado realmente? ¿Cómo podrían saberlo lo demás?

Respondiendo estas preguntas, estás focalizando tu meta basándola en el cambio y en el futuro. Estarás visualizando claramente tu objetivo y a dónde te diriges. Con la meta clara en tu mente, el siguiente paso es ir haciendo poco a poco esas cosas que no estás haciendo y que te pueden acercar más a ese objetivo. 

Espero que te sirva de ayuda este artículo. Si conoces alguien al que le pueda servir, no dudes en pasárselo. Recuerda que el primer paso para empezar a cambiar es darnos cuenta que lo que somos ahora no nos acerca a los objetivos que queremos conseguir.

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