¿PSICODRAMA? DESCUBRE COMO EL TEATRO PUEDE SANAR TUS EMOCIONES
El teatro puede ser una
increible fuente de entretenimiento y diversión para sus
espectadores, al mismo tiempo que puede constituir todo un reto
interpretativo para los actores. Muchos de ellos, deben aprender a
"ponerse en la piel" de personajes con profundos
dramas vitales, existenciales, dotados de rasgos de personalidad o
conflictos que jamás han tenido, sentido, pensado o actuado en sus
propias carnes.
Requiere un gran ejercicio de empatía (vivencial y experiencial), y una gran habilidad para gestionar y manejar las emociones propias y poder expresarlas a voluntad, de la forma precisa y en el momento indicado (inteligencia emocional).
Requiere un gran ejercicio de empatía (vivencial y experiencial), y una gran habilidad para gestionar y manejar las emociones propias y poder expresarlas a voluntad, de la forma precisa y en el momento indicado (inteligencia emocional).
Es por ello que no han
sido pocos los profesionales de la psicología que han encontrado en
el teatro un medio para resolver los traumas del pasado, comprender
los conflictos infantiles y encontrar soluciones para ellos. Sería,
en definitiva, una forma creativa de resolver problemas, que se
conecta intimamente con otras terapias artísticas, tales como la
musicoterapia, la expresión emocional a través de la pintura, la
expresión corporal en la danza o el baile y similares.
Si quieres conocer un
poco más sobre como el teatro puede ayudarte a sanar tus heridas,
sigue leyendo este artículo.
No
hablar del trauma, sino representarlo
Jacob Levy Moreno, el
creador del psicodrama, se dio cuenta que, para ciertas personas, era
mucho más enriquecedor representar sus problemas que hablar de ellos. Se inspiró en el psicoanálisis y sobre todo, en las
estrategias que empleaban los actores para "encarnar"
a sus personajes, esto es, todo un conjunto de pautas y métodos de
modelaje, interpretación y análisis psicológico procedentes del
arte dramático para "sentir lo que siente el personaje",
"pensar lo que piensa", "actuar como actúa",
y un largo etcétera.
En cierto modo, no son
pocos los profesionales del gremio, como Shakespeare o Chaplin, que
han definido la vida real como una suerte de teatro, donde hay
papeles principales y secundarios, diferentes escenarios donde tiene
lugar el drama, la tragedia, la epopeya y el conflicto, y donde hay
protagonistas y antagonistas.
La crisis personal vendría, según este enfoque, por no saber exactamente cual es nuestro papel en la obra, por no saber interpretar correctamente todos nuestros personajes, pues muchas veces entrarán en conflicto si no sabemos darle a cada uno su lugar correspondiente.
La crisis personal vendría, según este enfoque, por no saber exactamente cual es nuestro papel en la obra, por no saber interpretar correctamente todos nuestros personajes, pues muchas veces entrarán en conflicto si no sabemos darle a cada uno su lugar correspondiente.
El resultado es el
sufrimiento: nos movemos por la obra de nuestra vida sin ser nosotros los protagonistas.
¿En
qué consiste el psicodrama?
El psicodrama debe
realizarse por un profesional de la psicoterapia. A diferencia de
otros enfoques, que son individuales y centrados en la persona, el
psicodrama se enfoca en el grupo y aspira a ser una forma de terapia basada en la ayuda mutua.
Los pasos de un
psicodrama son basicamente los siguientes:
Calentamiento. Una
vez llegan los participantes, el terapeuta ofrece algunos ejercicios
para que estos se integren entre sí, ganen confianza y conecten con
sus emociones. Esto es muy importante, pues al fin y al cabo, van a
interpretar una serie de papeles frente a los demás, y la vergüenza
o inseguridad es un bloqueo natural cuando no tenemos la costumbre de
hacer teatro o hablar delante de otras personas.
Escenificación.
El terapeuta puede proponer un tema central, o un problema
determinado que sirva de foco para la sesión, o bien ser propuesto
por uno de los participantes. De manera voluntaria, estos deben
pensar un papel para representarlo (basado en su propia vivencia y
emoción) y pueden solicitar ayuda interpretativa de otros
participantes para que escenifiquen los personajes que necesiten para llevarlo a cabo.
De este modo, entre todos, se va construyendo una suerte de pequeña obra de teatro con la ayuda del terapeuta.
De este modo, entre todos, se va construyendo una suerte de pequeña obra de teatro con la ayuda del terapeuta.
Análisis grupal.
Una vez representada la obra, entre improvisada y planificada, donde
ha tenido lugar la sorpresa y han salido cosas inesperadas, es el
momento de recoger todos esos momentos y ponerlos en palabras. Cada
participante (tanto si ha actuado, como si ha sido espectador)
habla desde su vivencia, desde su interpretación de lo sucedido. Se
genera entonces un espacio de opiniones compartidas, desde muchos
ángulos y puntos de vista, que enriquecen nuestra vida y nos ofrecen
una información privilegiada de la que antes no éramos conscientes.
Cierre. Una vez
que todos han hablado sobre su vivencia, sobre su experiencia, llega
el momento de los aprendizajes. De sacar conclusiones. Cada
participante, con ayuda del terapeuta, intenta llegar a un insight
que le permita servirse de lo vivido para llevarlo a su vida
cotidiana, a su obra de teatro personal y así enriquecer su
personaje.
A través de la
dramatización, podemos llegar a comprender lo que nos pasa. El
teatro saca cosas que, en nuestro interior, estaban dormidas, y que si
nadie nos las señala y pone palabras, no llegamos a comprender del todo.
Esta forma de terapia también puede ser empleada en niños a través de guiñoles y títeres con idénticos resultados.
Esta forma de terapia también puede ser empleada en niños a través de guiñoles y títeres con idénticos resultados.
Cada experiencia
psicodramática es un aprendizaje, una oportunidad para darnos
empatía y conocernos mejor, que nos ayuda a identificar nuestras
emociones y liberarnos de esos papeles o roles que hemos asumido en
la vida y que nos alejan del personaje que realmente queremos llegar
a ser.
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